Historia

HISTORIA COMPENDIADA DE LA

ILUSTRE, MUY ANTIGUA Y DEVOTA HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL ROCIO DE PILAS

  

            Todo historiador que hurgue en los remotos albores de la tradición rociera encontrará en los mismos umbrales de ese escalofriante acontecimiento a esta Hermandad de extraordinaria casta y solera.

            La devoción a la Santísima Virgen del Rocío en el pueblo de Pilas es tan antigua como el hecho legendario de la divina aparición en las malezas inescrutables de las Rocinas. Devoción que se transmitió de padre a hijos y así sucesivamente hasta nuestros días: La inmediata consecuencia de este amor secular por la Madre de Dios fue la creación y constitución de esta Hermandad.

            Pilas es un pueblo situado entre el Aljarafe, Las Marismas y el Condado. Del riquísimo Aljarafe, donde los antiguos historiadores situaron el Jardín de las Hespérides, paraíso de héroes y bienaventurados, recibe su feracidad, su fecundidad, su riqueza industrial y económica, cultural y artística. De las Marismas, conserva la lejanía de sus horizontes, la limpidez de los cielos, el colorido maravilloso de su flora y la añoranza del mar verdiazul. Y del Condado de Huelva, cuyo galardón principal es el Santuario y la Devoción de la Señora de las Rocinas, recibe este pueblo la espiritual veneración por la que considera su Reina y Señora. La alegría del Aljarafe, la austeridad y sobriedad de las Marismas y la Hidalguía del Condado se aúnan en Pilas constituyendo esta especial idiosincrasia del pileño, jovial trabajador, industrioso, hacendado y caballeroso.

            La villa de Pilas, en el confín occidental de la provincia de Sevilla, linda con la de Huelva, se asienta, mirando el Guadiamar, sobre la ladera de un cerro, entre los arroyos del Alcarayón y Mures, proveniente de otros asentamientos en también dulces colinas de nombres tan sonoros como Colleras y Robaína.

            Pueblo de tradicionales casas blanqueadas con la cal de Morón, ocupa un rincón de nuestra geografía andaluza donde la naturaleza derramó con abundancia, sus frutos en sus viñedos y olivares, los frutales y las encinas, los pinares y las mimbres, los pastos y las huertas. Circunvalaban, desde el siglo XV todo este conjunto feraz, las Veredas de la lana y la carne, donde pacía el ganado transeúnte entre toda especie de plantas aromáticas, paraíso de tórtolas, cigüeñas, zorzales y perdices que perfumaban el tomillo, el romero, el almoradux, el hinojos, el mastranto, el poleo, la menta, el espliego, la albahaca y el toronjil.

            Sin duda el lugar fue ya habitado en la PREHISTORIA, cuyos restos arqueológicos son abundantes, no sólo por su fecundidad sino también por su benignidad climática y ambiental.

            En la EPOCA ROMANA, perteneció al convento Jurídico Hispalense, siendo en todo el Imperio célebre el aceite de la Bética a cuya producción contribuían los olivares milenarios de esta zona.

            Pilas entra en su época de esplendor durante la INVASIÓN MUSULMANA. Fueron los árabes quienes mejor cultivaron sus campos, regándolo por medio de canales, implantando la huerta y modernizando el molino aceitero. De esta época data la denominación (origen de la actual) PILIAS.

            En los siglos XII y XIII, Pilias era una aldea-alquería típica como las del Aljarafe, con un pequeño caserío, sin muralla y escasa autonomía, dependiente del Consejo de Sevilla en lo económico. Durante el reinado del monarca Alfonso X el Sabio, PILAS cambia de nombre y de características. El rey aunque no parecía muy dado a cambiar los nombres de las aldeas o alquerías, cambió el de algunas de ellas, como en este caso, ya que en un donadío del Rey al Abad de Santillana como Capellán Real se dice: Alfonso X da a Don Fernando mío capellán abbat de Santa Yllana” cincuenta aranzadas de olivar e higueras en “el aldea que dicen en tiempos de moros PILIAS, a quien yo pus nombre TORRE DEL REY con la parte correspondiente en casas molinos, huertas y heredad de pan. Así pues, desde el repartimiento, aparece el lugar  con el nombre de TORRE DEL REY y en algunos documentos con el  de TOR, lo que se ha relacionado con OTERO, puesto que en el Repartimiento de Sevilla se lee al respecto “Pilias, a que puso nombre el rey TOR DEL REY, que es término de Aznalcazar; e avía y trescientos mil pies de olivar e de figueral, e por medida de tierra quatro mil arançadas, e fue asmada a tres mill e seiscientas arançadas de sano; e es de criazón del rey del Alfonso, e dióles la heredad de pan en Alaquaz” (Alocaz, en Utrera). Además de estas, Alfonso X concedió en el Repartimiento a don Esteban de Alcázar, primer alcaide del Alcázar sevillano, un donadío e treinta aranzadas y seis yeguadas en Pilas. También entregó el rey tierras en Pilas a un grupo de catorce escribanos, nombrados por el propio monarca, cuyos donadíos fueron semejantes a los de un grupo de eclesiásticos capellanes y arcedianos: treinta aranzadas y seis yeguadas, como tipo general. Tambien fueron favorecidos en estas donaciones, árabes y judíos que trabajaban en la administración real y gozaban de la confianza de la Corona; así a don Jucef Barchilón, almojarife regional, que aparece en Pilas con un donadío propio de un “rico-ome” doscientas aranzadas, seis yeguadas, y un barrio pequeño. El 18 de Junio de 1253, en Sevilla, Alfonso X da a don Pedro Abad, Chantre de Cartagena, treinta aranzadas de olivar e higueral en la aldea de Pilias, “a que yo pus nombre de Torre del Rey”, con lo correspondiente en huertas, molinos, casas y heredad de pan. Y el 10 de Diciembre del mismo año, el rey concede a Domingo Castellano veinte aranzadas de olivar con lo correspondiente en casas.

            Durante el SIGLO XIV, con el aumento de población, pilas vio crecer en los pastos de sus dehesas una importante ganadería vacuna, pero ahogado este crecimiento por la agricultura y los cultivos de las localidades limítrofes, en el siglo XV, los ganaderos de pilas solicitaron pastos para sus reses, lo que fue concedido en 1434 en la cesión que les hizo el rey Juan II en término de Aznalcazar, con servidumbre de paso por el término de Mures; esta cesión en “tierras de la marisma ha sido siempre conocida por “dehesa boyal” o “marisma de pilas”.

            Desde los siglos XV al XIX fueron importantes las ferias de género y ganados que se celebraban en esta villa el día de la Asunción de nuestra señora y que competía con las más famosas ferias de nuestra región.

            Durante el siglo XVI fue famosa esta villa por sus olivares y su aceite, pero dato muy curioso y a tener en cuenta al intentar comprender ese espíritu emprendedor, industrioso y comercial de la población es que también fue famosa por la abundancia de pescado, según nos relata primorosamente el poeta y humanista sevillano Juan de Mal Lara en su libro Recibimiento que hizo Sevilla a Felipe II con motivo de su entrada en la capital en 1570.

            En esta recepción estaba representados todos los pueblos de la jurisdicción de Sevilla en formas de esculturas alegóricas. Pilas estaba frente a la representación de la villa de Calas. En las palabras de Mal Lara “enfrente parecía pilas, en forma de mujer con una ropa azul y la sobrerota colorada, una fortaleza en la cabeza y en la mano derecha un crisuelo o candil antiguo ardiendo, y en la siniestra un vaso de aceite, para declarar cuan abastecida es de olivares, y tiene mucho pescado, porque está el paso de Huelva y otros lugares marítimos, llamándola los moros PILIAS, largo”.

            Continuando la trayectoria histórica de pilas hacia mediados del SIGLO XVII y antes de detenernos en el momento de la fundación de esta hermandad de Nuestra Señora del Rocío, hemos de referirnos a los vínculos existentes con la Historia del Arte Español y Universal a través del pintor español Bartolomé Esteban Murillo. Cuando ya era un hecho irreversible la decadencia del imperio español y de la propia ciudad de Sevilla, que pronto perdería su categoría de puerto de América y Metrópolis del Sur de Europa, Murillo encarnó las aspiraciones idealistas de toda esta época. Fue hombre de temperamento apacible y bondadoso, de vida estable y reposada, a lo que contribuyó sin duda, la que fue su mujer, Dª Beatriz de Cabrera y Villalobos, dama de la villa de Pilas, bautizada en la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor el 12 de noviembre de 1622.

            Esta en 1643 fue a vivir a Sevilla, en la collación de la Magdalena a la casa de su tío Tomás Villalobos, maestro platero y contraste de pesas y medidas. Don Santiago Montoto no niega que Murillo pudiese conocer a su esposa en un viaje a Pilas, pero afirma que bien pudo haberla encontrado por primera vez en la misma collación de la Magdalena, donde también residía el pintor. Lo cierto es que entraron en relaciones y una vez amonestados en Pilas y en la Magdalena, contrajeron matrimonio en esta última el domingo 26 de febrero de 1645, oficiando el bachiller Juan Vivas Reinoso. Así queda Murillo vinculado a Pilas en donde residió en muchas ocasiones y a donde venía con frecuencia para cobrar las rentas de las casas que poseía en el pueblo, como lo vemos el 3 de mayo de 1622, ya viudo, pleiteando en contra José Garrido, vecino de PILAS, por causa de las rentas impagadas.

            Del matrimonio nacieron nueve hijos, de los cuales uno fue canónigo, otro eclesiástico que pasó de indias, y varias hijas ingresaron en órdenes religiosas, lo que puede darnos una idea de la personalidad de su madre, fallecida a los 35 años de edad.

            En este contexto histórico va a tener lugar el hecho fundacional de nuestra hermandad. Para situarnos mejor, permítasenos un dato importante: en las Reglas de la Hermandad Matriz de Almonte de 1949 se dice que fue fundada en 1648, aunque existiera con anterioridad. Así mismo la Santísima Virgen del Rocío fue proclamada oficialmente Patrona de Almonte el 29 de Junio de 1653.

            Es cierto que perdidas las primitivas Reglas y no existiendo un archivo organizado escrito, es difícil reconstruir aquellos comienzos. No obstante, en las Reglas de 1926, aprobadas canónicamente, tenemos un testimonio de antigüedad centenaria cuando leemos que hasta entonces “una agrupación de devotos por más de dos centurias procuraron y consiguieron mantener siempre viva la más fervorosa devoción a la Reina de las Marismas”, elaborando esta junta de hermanos las normas de peregrinación de cada año.

            Corrobora esto mismo el párroco D. Federico Aranda cuando ese mismo año de 1926 escribe en el prólogo del Libro de Actas de la hermandad: “ y por lo mismo, creyendo el pueblo religioso de Pilas que en la época presente hay gran necesidad de fomentar el culto que la proverbial y antigua devoción de sus antepasados tuvieron siempre a la Virgen Maria, no se ha contentado con venerarla en su magnífica advocación de Belén, sino que ha venido trabajando desde tiempos atrás para consolidar entre sus hijos de una manera formal y decisiva el culto y devoción a la blanca Paloma de las marismas de Almonte”.

            Sabemos, sin embargo, documentalmente, que mediado el siglo XVII “por servir a Dios y a Santa María del Rocío” un grupo de devotos, vecinos del pueblo de pilas, miembros del concejo local y algunos clérigos, decidieron fundar la hermandad de Nuestra Señora del Rocío. Dispuesto a ello, se reunieron en la herrería, lugar llamado así porque lo había sido en la época y albergaba las casas del concejo, frente a las cuales se hallaban el hospital de Santa María, en cuya capilla pensaron establecer la hermandad, pero más tarde, por razones de solidaridad cristiana y buena armonía, decidieron hacerlo en la Parroquia de Santa María la Mayor, donde aún hoy tiene su sede canónica.

            De esta época data un retrato pictórico de la Virgen del Rocío, que a pesar de la restauración sufrida, es el más interesante y antiguo que se conoce, y que perteneció a uno de los primeros simpecados de la hermandad. Este retrato se haya conservado y custodiado en casa de D. Francisco Ortega Rodríguez (cfr: Capítulo I de las Reglas de 1978).

            En él figura la siguiente leyenda “soi de la hermandad de nuestra Señora del Rocío de Pilas. Se hizo el año 1650”.

            En las Reglas de la Hermandad Matriz de Almonte de 1758 se cita a la hermandad de pilas como la segunda en el orden de entrada en el Rocío o tal vez por el orden de procedencia y proximidad, pero, a pesar de este dato un tanto definitivo, por rigurosidad y objetividad histórica, hemos de traer aquí la tradición oral, ya que cuentan en pilas los más viejos que siempre oyeron decir que nuestra hermandad fue la primera entre las que acudían a rendir culto a la Reina de las Marismas, habiendo perdido su lugar por llegar tarde un año a causa de la tormenta y la lluvia.

            Así lo recoge y publica D. Antonio López Ortega en su revista Romería del Rocío nº 2 año 1935: “Esta hermandad del Rocío del pueblo de Pilas, es la más antigua, figuraba con e número uno pero debido a faltar un año a causa de grandes tormentas y aguaceros perdió turno, figurando, por tanto en la actualidad con el número dos. Otra versión del mismo hecho encontramos, entre otras publicaciones, en la revista ROCIO. Órgano oficial de las hermandades de Ntra. Sra. Del Rocío. Año I Núm.3, publicada en Huelva el 15 de Diciembre de 1958. Allí leemos refiriéndonos a la hermandad de Pilas “parece ser que sigue siendo la más antigua perdió su primer puesto por no haber hecho peregrinación un año al santuario, circunstancia que fue aprovechada por sus vecinos de Villamanrique para ostentar desde entonces el primer lugar entre hermandades que desfilan en romería ante el santuario de la Aldea.

            Lo cierto es que desde entonces no ha faltado ni un solo año a la romería, siendo manifiesta y ejemplar su asistencia y puntualidad a todos los actos del Pentecostés rociero, a donde acuden los pileños a rendir cuentas de todo un año de trabajo y esfuerzos y donde vuelven llenos de ilusiones y de la gracia del Espíritu para emprender una nueva etapa de su peregrinar terreno, pidiendo sin cesar a la Virgen, Reina y Madre:

“Salud y suerte

para el año que viene

venir a verte”.

            Posee esta fundación un gallardete (emblema y símbolo de la hermandad que tradicionalmente lleva el Hermano Mayor de Romería) bordado en oro con escudo y la siguiente inscripción: “Pilas a la Virgen del Rocío. Año 1726”. Aunque se conserva también un juego de varas-insignias de gran valor iconográfico y artístico, de época muy anterior, en las que representa la Imagen con manto sin ráfaga.

            Posee también documentos fotográficos en los que aparece en el acto solemne de la Coronación de la Virgen del Rocío con simpecado, Banderín e insignias (todo ello conservado aún) muy anteriores al 1919, (como el  asta del simpecado regalo de Dª Leonor Cuesta fechado en 1917). A juzgar por los periódicos de la época la asistencia de Pilas al acto de la Coronación fue masiva, muy numerosa y de extraordinaria participación, no puede olvidarse que en dicho acto asistió el cardenal Almaraz, actuando como Diácono al entonces coadjutor de Pilas D. Rafael Carnevali, y que el sacerdote pileño D. Elías Domínguez, siendo párroco de Carrión de los Céspedes, llevó sobre sus hombros, junto con los párrocos de Almonte, Castillejas del Campo, de la Palma y D. Manuel Siurot, entre otros, a la Santísima Virgen del Rocío hacia el estrado donde iba a ser coronada canónicamente.

            A pesar de toda esta emotiva tradición de hondas raíces marianas y fervor cristiano, para llegar al momento actual es necesario detenerse en el año 1926 en que la Hermandad reorganiza canónica y definitivamente sus estructuras básicas.

            Fue un año de gran actividad y grandes frutos. Se adquirió en el Real del Rocío una choza y tres años después en 1929 se compró otra. En ellas se construyó más tarde (1937-1939-1941) la magnífica casa Hermandad que posee en la Aldea en sitio inmejorable. En 1926 se redactaron nuevas Reglas, por pérdidas de las anteriores y a instancia del Arzobispado que invitaba a actualizarse a todas las Hermandades y Cofradías. Reglas que fueron aprobadas por el Vicario General del Arzobispado de Sevilla, D. Jerónimo Armario, el 16 de junio de dicho año. Se confeccionó nuevo gallardete y se bordaron en oro los atavíos de los bueyes portadores de la carreta del simpecado.

            A la sazón se llevaba el simpecado en airosa e ingenua carreta de madera, decorada en blanco y verde, que consistía en seis frágiles columnas de capitales corintios que soportaban sobre arcos lobulados en tréboles, de reminiscencias neogóticas y decoración mozárabe, un templete rematado por una graciosa cornisa y balaustrada de delicadas columnillas y seis jarras como floreros o penachos, al tiempo que lucía en su parte delantera y posterior escuchos con corona real. Estas columnas solían decorarse con guirnaldas de flores, romero o madreselvas y se ataviaban los bueyes con frontiles y fajines bordados, cubriendo el yugo una manteleta a juego, llevando las reses al cuello collarines de campanillas de bronce.

            Por haberse casi destruido en un incendio la mencionada carreta, fue construida en los talleres de los orfebres sevillanos Hermanos Seco otra de plata, a imitación de la primitiva, que se estrenó en 1965 inacabada, y que es la que se lleva actualmente en Romería, restaurada en 1981.

            Pilas lleva la gloria de ser uno de los pueblos cercanos al Santuario de la Celestial Señora que marcaron la proyección exterior la devoción rociera. Ha sido tradicionalmente tan original, tan diferente, que incluso tenía (y ha vuelto a recuperar hoy ) camino propio para ir al Rocío. Estos son, pues, los tres caminos de nuestra historia:

            El primitivo o Camino Viejo:     Salía la peregrina comitiva del pueblo el Sábado por la mañana, al alba, por la actual calle Santa María la Mayor hacia la Caridad, camino del arroyo de la junta, y de allí por el citado arroyo se llegaba al pocito Muñoz, Cabezarrasa y charco del cura, donde sesteaba, entrando por la puerta entrañable del Abolí al Rocío. Una vez allí, se detenía en el eucaliptal grande, donde preparaba la entrada que tenía lugar al atardecer del sábado.

            Más tarde por hacer el camino con menos premura y apresuramientos, y en evitación de cualquier accidente que pudiera hacer perder el lugar de entrada y antigüedad, se adelantó la salida al viernes por la tarde, haciendo el recorrido de la siguiente manera: por la caridad hacia el camino de la ventura, laguna de Cantagallo donde se despedían los vecinos que se quedaban, se enfundaba el templete porta-simpecado, de allí por el puerto de los gitanos al pocito Muñoz, donde pernoctaban, continuando el sábado por la mañana a las siete rayas del amigo Ferrari y camino tradicional para hacer su entrada el sábado al atardecer.

            Nada más pasar el lunes ante su casa del Real en procesión de la Excelsa Señora, con lágrimas en los ojos y el corazón agitado por la reciente o cercano presencia de la Dueña y Señora, los romeros de pilas iniciaban el regreso por el mismo camino, pernoctando en la cancela Cabezarrasa, haciendo su entrada en el pueblo a primeras horas de la tarde del martes entre el clamor y el entusiasmo de un pueblo lleno de fervor y fe.

            El nuevo o camino de Palacio.   Pasado el tiempo, por haber caído en desuso, el camino anterior se hizo intransitable, ofreciendo dificultades difíciles de salvar, por lo que la Junta de Gobierno a partir del año 1965, decidió tras la Misa de Romeros, el viernes por la mañana, tomar el camino de Villamanrique de la Condesa, Dehesa de Gato, (donde sesteaba), Raya Real, Palacio del Rey, donde acampaba con las otras hermandades venidas de toda Sevilla, y luego por Matas Gordas y el Abolí, llegaba al Rocío el sábado a media mañana, haciendo su “entrada” por la tarde en la forma acostumbrada. El regreso se hacía por el mismo camino, saliendo el martes por la mañana, sesteando el Gato y entrando en Pilas al atardecer. Desde entonces el recibimiento de Villamanrique hacia Pilas, es uno de los momentos más emotivos y brillantes de esos señalados días; en la plaza, a las puertas de la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, Pilas y Villamanrique se funden en un abrazo, física y espiritualmente, sincero, fraternal, amistoso, surgido de un amor común, Nuestra Señora del Rocío.

            El camino actual:   Quince años más tarde, la masificación en la Raya y en la acampada de palacio, trajo como consecuencia la dispersión de la Hermandad de Pilas y una pérdida de identidad y de la convivencia, por lo que, en busca de la mayor intimidad y un intento de reencuentro con sus raíces, la Hermandad a partir de 1980 se decidió por un camino en cierto modo mixto que conservaba el paso de Villamanrique, pero que volvía a aquel centenario y viejo camino que pilas tiene por propio. Así, pues, tras la tradicional Misa de Romeros en la Iglesia Parroquial el viernes por la mañana, salió la comitiva hacia Villamanrique y por el Camino de Gato llegaba a la entrada de la Raya Real (donde sestea aún), continuando luego por el camino de la Casa de Bichito o Casa de Cabezarrasa al Pinar de los Pájaros, donde pernoctó algunos años en total y completa intimidad, reunidos todos los hermanos en torno al simpecado que polariza la atención de todos cuantos van en romería. Al amanecer del sábado se seguía por el Charco del Cura al Abolí para entrar en el Rocío cuanto antes y disponerse a la presentación oficial que tiene lugar a las doce y diez del medio día.

            Últimamente otra vez se ha visto la hermandad obligada a introducir un cambio en 1986, ya que las dificultades al paso del Abolí, la precipitación con que se hacía el recorrido, el adelanto de la hora de presentación oficial, la mayor lentitud de la caravana al ser cada año más y más el número de romeros que acompañan al simpecado por el camino en tractores, charrés, caballerías, y sobre todo, a pie, han hecho aconsejable adelantar un día la salida hacia el Rocío, de forma que haciendo el mismo itinerario y cumpliendo el mismo horario, se ha pernoctado en el Rocío el viernes anterior al domingo de Pentecostés, según el siguiente recorrido:

            Jueves anterior a Pentecostés: salida tras la misa de romeros a las 8,00 h, en la iglesia parroquial hacia Villamanrique, camino de Gato, sesteando en el cruce de la Raya Real, pernoctando en la casa de Cabezarrasa.

            Viernes, Misa de Alba en el mismo lugar, reanudación de la marcha a las 9,00 h, por el pinar de los pájaros, charco del Cura, Moraleja (donde sestea) y entrara por la tarde atravesando el Abolí.

            La tarde del lunes queda esta hermandad en el Rocío, donde ya en familia y en el retiro tras la explosión festiva, celebra en la Ermita de la Señora de las Rocinas Santa Misa y Salve, que viene a marcar con evidencia uno de los momentos más auténticos de la devoción y fe cristianas de estos rocieros de Pilas,. Regresa el martes de Pentecostés por el Camino Viejo según las circunstancias anuales, propuestas de los hermanos Mayores de romería y decisión del Cabildo General.

El primitivo o Camino Viejo:  Salía la peregrina comitiva del pueblo el Sábado por la mañana, al alba, por la actual calle Santa María la Mayor hacia la Caridad, camino del arroyo de la junta, y de allí por el citado arroyo se llegaba al pocito Muñoz, Cabezarrasa y charco del cura, donde sesteaba, entrando por la puerta entrañable del Abolí al Rocío. Una vez allí, se detenía en el eucaliptal grande, donde preparaba la entrada que tenía lugar al atardecer del sábado.

            Más tarde por hacer el camino con menos premura y apresuramientos, y en evitación de cualquier accidente que pudiera hacer perder el lugar de entrada y antigüedad, se adelantó la salida al viernes por la tarde, haciendo el recorrido de la siguiente manera: por la caridad hacia el camino de la ventura, laguna de Cantagallo donde se despedían los vecinos que se quedaban, se enfundaba el templete porta-simpecado, de allí por el puerto de los gitanos al pocito Muñoz, donde pernoctaban, continuando el sábado por la mañana a las siete rayas del amigo Ferrari y camino tradicional para hacer su entrada el sábado al atardecer.

            Nada más pasar el lunes ante su casa del Real en procesión de la Excelsa Señora, con lágrimas en los ojos y el corazón agitado por la reciente o cercano presencia de la Dueña y Señora, los romeros de pilas iniciaban el regreso por el mismo camino, pernoctando en la cancela Cabezarrasa, haciendo su entrada en el pueblo a primeras horas de la tarde del martes entre el clamor y el entusiasmo de un pueblo lleno de fervor y fe.

            Hasta el año 1964 era costumbre de esta hermandad recibir en la puerta de la iglesia Parroquial a las otras Hermandades que venían atravesando el Aljarafe en su itinerario rociero. Al llegar Espartinas, Dos Hermanas, Umbrete, Triana, Sanlúcar la Mayor, El Salvador de Sevilla, Gines, Coria del Río, Carrión de los Céspedes, Huevar, Benacazón, Olivares...., echadas las campanas al vuelo, se cantaba la Salve ante el simpecado transeúnte con el deseo de toda clase de venturas para los hermanos de paso, expresado con vítores y palmas.

            Luego dos hechos hicieron desaparecer tan antigua costumbre: el desvío de la mayor parte de las hermandades por el camino de Quema y el haber anticipado Pilas su salida al viernes por la mañana.

            Desde sus orígenes adoptó esta institución para sus estandartes y banderas los colores blanco y verde, que aún hoy sigue usando en banderas, insignias, gallardetes, simpecados, atavío de los bueyes, ruedas de la carreta, cubiertas de libros y cordones de las medallas.

            También es otro de sus distintivos la corona real sobre escudos, medallas, varas y otros símbolos y emblemas.

            Esta hermandad da culto en la Iglesia Parroquial, donde tiene camarín propio, a una imagen, reproducción escultórica, de Nuestra Señora del Rocío, obra del escultor e imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucci en 1941, bendecida ese mismo año.

            Durante 37 años esta imagen de Ntra. Sra. Del Rocío, salió procesionalmente el 29 de Junio, día de S. Pedro y S. Pablo, coincidiendo con el último día de Feria en Pilas, puesto que el origen de estas Ferias actuales fueron unas veladas en honor de la Santísima Virgen organizadas por nuestra Hermandad en 1941 y años sucesivos. En 1949 el Ayuntamiento decidió hacerse cargo de ellas con la denominación de Feria y Fiestas en honor de Ntra. Sra. Del Rocío. (consúltese monografía al respecto).

            Al dejar de ser festivo el 29 de Junio ( a partir de 1978) la salida procesional de Ntra. Sra. Pasó al último día de la Feria de junio, domingo por la mañana, tras la celebración de la Santa Misa.

            Esta realidad es, sin duda, otro hecho que define la original personalidad de esta sin par hermandad rociera.

            En estas fechas (hasta julio de 1991) celebra la hermandad el Cincuentenario  de la Venida y Bendición de esta nuestra imagen Titular con un apretado programa de actos y celebraciones, incluida la restauración de las imágenes de la Virgen y el Niño, confección de nuevos complementos y estrenos de un magnífico Templete plateado; habiéndose llevado la procesión a la tarde-noche del sábado, víspera del último día de feria y fiestas en su honor. (ver bibliografía)

            Existe en la hermandad pileña, como en otras muchas de las más antigua, la distinción entre Presidente y hermano Mayor de Romería (en las antiguas reglas, hermano mayor y mayordomo respectivamente). El primero ostenta el cargo por elección durante cinco años y es el máximo responsable en la Junta de Gobierno  y en la Hermandad, mientras el segundo lo es de “motu propio” y solo por un año con especial incidencia en la representación del pueblo en los actos de la Romería, corriendo la mayor parte de los gastos a su costa. Lo característico y propio de esta Hermandad es que desde siempre uno de los simpecados queda depositado en casa del Hermano Mayor de Romería de se instala una auténtica capilla en la que todo el año no faltan las flores y la cera que los devotos y vecinos ponen a los pies de la señora, convirtiéndose la casa en templo y santuario, lugar de ofrendas y rezos, hacia el que vuelven los ojos cuantos pasan sabedores del tesoro que allí se guarda. Esta tradición de Pilas merece por sí sola capitulo aparte.

            El año 1957 la hermandad adaptó sus reglas a las realidades de la Iglesia contemporánea, pero no llegó a presentarlas para su aprobación canónica y cosa curiosa fue precisamente ese texto el que fue trascrito y conservado en un artístico libro elaborado en 1970 por los artesanos sevillanos Maese José Luis Oliver en dibujo y caligrafía y maese Jesús Domínguez Vázquez en la parte de orfebrería.

            Este último, años antes, diseño y fundió la medalla de hermanos de esta Hermandad, posiblemente una de las más bellas que lucen en el Rocío.

            El año 1971 se inicia una importante actividad cultural y predicadora en la vida de la hermandad: El pegón del Rocío, quince han sido celebrados hasta la fecha.

            El año 1971 asistimos a un feliz acontecimiento: el nacimiento y creación de una nueva hermanad: Paterna del Campo. Esta Hermandad fundada gracias al celo rociero de un sacerdote pileño, D. Antonio Barba Campos, párroco  de aquella localidad, fue “apadrinada por pilas, entrando en la Romería del citado año amabas hermandades unidas, desfilando las dos carretas de simpecado juntas en el acto de la presentación oficial. Desde entonces son muchos los lazos de fraternal amistad que unen a ambas entidades. Así por ejemplo, es ya tradicional la misa que ambas concelebran en la Ermita la tarde del lunes de Pentecostés en la más estricta intimidad, cando el Rocío va quedando desierto, poblado solo por rumores que se alejan, pasando a continuación una hermandad a casa de la otra donde es objeto de atenciones y agasajos, alternándose cada año en la recepción.

            En el año 1.984 volvemos a asistir al feliz nacimiento y creación de una nueva hermandad: Chucena.

            Ostenta esta institución pileña los títulos de ILUSTRE MUY ANTIGUA Y DEVOTA, títulos que quedaron fijados en la renovación de Reglas de 1978 y que son un compendio y resumen de otros que ha llevado a lo largo de su extensa historia, como fueron Fervorosa, Venerable, Antigua y Real en algunas ocasiones. Incluso ha habido pregonero que pidió para ella el título de HUMILDE “por su sencillez franciscana, de la que, con orgullo, hace gala” según sus propias palabras.

            Tiene esta Hermandad actualmente como objetivo y propósito firme en vías de cumplimientos, el salvar su patrimonio artístico, cultural y religioso de su historia rociera, para que las generaciones presentes y venideras, viendo semejante testimonio y el ejemplo de tantos hombres que entregaron lo mejor sus vidas en pro de una fe, sencilla, puede ser, pero robusta y profunda, pueden continuar la labor de siglos, enraizando sus convicciones religiosas en el fértil terreno que cultivaron los que le precedieron, por el don de la gracia de la que es Madre Amantísima, Nuestra Señora del Rocío.

            HASTA AQUÍ ha sido un poco la historia. No obstante nuestra institución se mueve en un presente de gran actividad surgida de sus compromisos con el gran proyecto parroquial y diocesano como consecuencia de la responsabilidad contraída con su fecundo y rico pasado. He aquí algunas muestras que en el futuro de la Historia recogerá con sus más interesantes pormenores:

 

13 de diciembre de 1978: Aprobación de las Reglas Renovadas por las que            desde entonces se ha regido la Hermandad.

 

1978: Publicación de dichas reglas y difusión de las mismas.

 

24 de octubre de 1982: Primera marcha-peregrinación al santuario del Rocío, organizada por la hermandad como acto colectivo.

 

21 de Octubre de 1983: Firma del contrato de compra de un local para Casa Hermandad en Pilas.

 

5 de febrero de 1984: Fundación Coro hermandad.

 

23 de julio de 1984: Firma de Escrituras Públicas a nombre de la Hermandad del local destinado a Casa-hermandad en Pilas.

 

21 de marzo de 1985: Comienza las obras de acondicionamiento del local.

 

22 de mayo de 1985: Bendición de la capilla de la carreta del simpecado en la nueva casa y asentamiento de residencia en dicho edificio, sito en pilas, plaza de España, 8 B y C. Queda por terminar para la inauguración definitiva de las instalaciones.

 

11 de abril de 1986: Creación del Grupo Joven de la Hermandad entre las comunidades parroquiales.

 

21 de marzo de 1986: Cabildo en el que se aprobó la redacción de las presentes reglas renovadas.

 

Abril de 1986: 1ª publicación de nuestra revista anual “pilas-rocío”.

 

1988: El excelentísimo Ayuntamiento de la villa acuerda devolver a nuestros festejos populares su denominación de FERIA Y FIESTA EN PILAS EN HONOR DE LA VIRGEN DEL ROCIO.

 

1990-91: Celebración del “CINCUENTENARIO DE LA VENIDA Y BENDICION DE NTRA. SRA. DEL ROCIO”.

 

2000: Celebración del 350 aniversario del ovalo.

 

2008-2009-2010: Restauración del Simpecado de Plata y Camino.

 

 

            Más consciente esta centenaria Hermandad de la necesidad de renovarse y adecuar su actuación a la Iglesia de hoy, siguiendo las disposiciones generales del Magisterio de la Iglesia, las orientaciones doctrinales del Concilio Vaticano II, EN CUMPÑIMINETO DEL DECRETO DEL SR. ARZOBISPO DE SEVILLA DICTANDO NORMAS DIOCESANAS PARA HERMANDADES Y COFRADIAS DE 29 DE JUNIO DE 1985, ajustándose al nuevo Derecho Canónico Universal, tras la positiva experiencia del Sínodo Hispalense de 1973, mejorando las Reglas aprobadas en 1.990 y conservando cuanto hay válido en las de 1926, 1957 y1990 así como en la tradición más estricta, elabora las presentes.